Así como lo vemos de impulsivo en la vida, Aries también se lanza a la conquista sin pensarlo cuando se trata de tener una aventura romántica. Le gusta ser el que elige al otro, no el que recibe los cortejos de una conquista. Su gran problema es que cuando considera suya a la presa, suele perder el interés y se lanza a la conquista de un nuevo amor que la haga correr la adrenalina por su cuerpo.